Treinta y todos

Hoy comienza mi última vuelta al sol antes de subir a la cuarta planta. Y tengo muchas cosas que contarle a mi yo de 30 años que tenía muchas dudas.
Tania CaMon

Tania CaMon

Vamos a encontrar el equilibrio entre todas las áreas de tu vida.

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Hoy es un día especial y por eso, me salto dos rutinas de este blog. La primera, de manera excepcional publico en lunes el post que debería haberse publicado ayer; y por otro, es un post sobre mí y dedicado a mí.

Hoy cumplo 39 años, los treinta y todos. Hoy comienzo mi última vuelta al sol antes de subir al temido y amado a partes iguales cuarto piso. Y yo por si acaso, ya llevo adelantadas algunas de las cosa que se atribuyen a la crisis de los 40, como el tatuaje de rigor, y ya estoy pensando el la fiesta que voy a hacer dentro de un año.

Porque ese es uno de mis principales aprendizajes de esta década. Si quiero algo con muchas ganas, y tengo claro cómo lo quiero, no voy a poner en los demás la responsabilidad de hacerlo para mí.

Y, hoy, en el día que empiezo a cerrar una década, me encantaría decirle alguna cosa a aquella Tania que cumplió 30 y que tenía tantos planes y tantos objetivos para cumplir. Porque ahora, echando la vista atrás, veo todo lo que he conseguido, todo lo que he vivido, todo a lo que me he enfrentado, y me siento tremendamente orgullosa y feliz.

Así que estos son mis mensajes para esa mujercita de 30 años:

Vas a vivir la experiencia más increíble de tu vida. Te vas a convertir en madre, y no habrá proyecto ni vivencia en tu vida más grande que esa. A pesar de todo lo que seguro que te queda por vivir, de que si todo va bien te queda más de media vida por delante, te aseguro que no habrá nada comparable a dar vida a otra persona, a dos personitas con las que verás que tienes un lazo que ya nadie va a poder cortar. Y no va a ser fácil, ni siempre bonito, te van a asaltar dudas, temores y sentimientos de culpa. Pero cuando cada noche, cuando ya se puedan expresar y hablarte, les oigas decir que te quieren infinito y pedirte el «beso y el abrazo de siempre», entenderás que para ellas no existe en el mundo mejor madre que tú. 

Vas a crear un hogar, y eso es una palabra mucho más grande, aunque no te lo creas, que firmar una hipoteca. Vas a poder entender lo que significa volver a casa después de un día complicado, tener tu espacio seguro. Y aunque no sea la de tus sueños, va a ser el hogar de tu familia, y solo por eso, va a ser el que necesitas.

Te vas a casar. Y como lo vas a hacer después de haber sido madre y de haber firmado una hipoteca, no vas a sentir que estás firmando un papel que te va a cambiar la vida. Porque tu compromiso lo has adquirido ya, mucho antes de ese día. Y quizá por eso, o precisamente por eso, va a ser uno de los días más felices de tu vida. Y va a ser tan evidente, que muchas personas que te quieren se van a contagiar de tu energía, hasta pedirte incluso hacer una fiesta igual cada cinco años. Y cuando tu suegra te diga que nunca en su vida ha visto disfrutar a una novia tanto como a ti en ese día, vas a entender que has acertado, que has elegido al compañero de viaje adecuado.

Y ese viaje se os va a complicar. La vida os va a poner a prueba.

Vas a vivir al mismo tiempo una segunda maternidad y un diagnóstico de Alzheimer precoz de tu madre. Y se te va a romper el corazón. Te vas a bloquear, te vas a enfadar, vas a blasfemar y a cagarte en lo humano y en lo divino. Te va a costar aceptar que la vida se cebe con tu familia, y que lo haga con una paradoja. Porque cuando todavía eras una veinteañera muy ingenua, te robaron a tu padre con un cáncer fulminante, que casi ni te dio tiempo a entender. Y ahora, por el contrario, te va a retar a vivir una enfermedad que te va a robar a tu madre poco a poco, y de una manera tremendamente cruel. Y mientras lees esto, quizá te aterrorices, y pienses que no vas a ser capaz. Créeme, lo vas a ser.

Tú misma te vas a sorprender de lo fuerte que eres, vas a conocer y a entender lo que es resiliencia.

Y no vas a permitir que esta experiencia pase por tu vida sin más. Vas a entender que además de todos los aprendizajes que vas a tener, no se va a quedar en algo solo para ti. Y entenderás que tu vivencia te va a servir para ayudar a otras personas. Aparecerá en tu cabeza la idea de CONCILIACIÓN360 y le vas a ir dando forma y sentido. De momento, en forma de blog. Aunque esto, para entenderlo completamente, ambas deberemos esperar a que lleguen los 40. Pero sí te digo, estáte atenta, que intuyo que va a ser importante.

Vas a disfrutar enormemente con tu trabajo, vas a crearte tu sitio, un espacio a medida donde desarrollar todas tus fortalezas. Vas a aprender lo que todavía no te imaginas, y vas a vivir una evolución profesional, tanto en ascenso como en aprendizaje de aptitudes y actitudes que no tienen precio. Y vas a descubrir una verdadera vocación: que te emociona hasta erizarte la piel, trabajar para mejorar la calidad de vida de personas vulnerables. Que la recompensa económica es muy importante, pero las satisfacciones personales que vas a vivir no tienen precio.

Menuda década te espera, querida. Coge impulso, que vas a ir tomando carrerilla y cuando te des cuenta, te vas a encontrar con el último escalón.

Y justo aquí estoy hoy. En la línea de salida de este año que hoy empiezo. Y me deseo vivirlo con la misma intensidad que los otros 9. Amar, reír, llorar, rodearme de gente especial y extraordinaria, aprender, caerme y seguir levantándome, en definitiva, vivir.

Hoy soplo las velas con muchas ganas, porque me quedan muchos sueños que convertir en objetivos para hacerlos realidad. ¿Me acompañáis?

 

 

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