¡Alerta! Epidemia de carga mental femenina

La carga mental femenina es ese peso invisible que nos pone más difícil el desarrollo profesional y solo aliviaremos con la corresponsabilidad
Tania CaMon

Tania CaMon

Vamos a encontrar el equilibrio entre todas las áreas de tu vida.

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Si buscas en San Google carga mental, prácticamente todas las entradas que aparecen hacen referencia a la fatiga mental o estrés pero en el ámbito laboral.

En cambio, la carga mental que supone conciliar vida personal y vida profesional no está suficientemente estudiada, y para encontrar algún resultado, es necesario hacer la búsqueda por «carga mental femenina». Es entonces, y solo entonces, cuando podemos encontrar referencias a esas tareas invisibles, ese trabajo de organización, planificación y toma de decisiones en los hogares, que habitualmente es asumido por las mujeres, y que supone un desgaste a todos los niveles con un coste muy alto.

Hacer el esquema mental de la semana pensando quien lleva y recoge a los niños del colegio cada día, pensar si hay algún recibo pendiente de pago, llamar a la compañía de turno porque se han pasado con la factura o mirar alternativas más económicas, grupos de WhatsApp infinitos (de la clase, del cumpleaños, del regalo de cumpleaños, del regalo de la «seño»…, agujero infinito), hacer cuentas porque este mes hay varios extras (los impuestos de la casa, o la boda de tu prima o de la suya, vacaciones…), las manualidades para los disfraces de turno, salirse del trabajo para una urgencia porque la niña se ha caído o le duele algo, o se ha hecho pipí, no olvidarse de comprar papel higiénico al salir del trabajo o nos limpiaremos con las revistas de decoración que se acumulan en casa (¡qué para lo que sirven!) y así, un largo etcétera. ¿Os suena?

Un reciente informe de Procter & Gamble desvela que el 70% de las mujeres sufre carga mental, pero solo un 30% de ellas conoce el concepto y el 45% nunca ha hablado de con nadie de ello. Y uno de los pocos estudios al respecto hasta la fecha, «Somos equipo» realizado por el Club de las Malasmadres desmonta diferentes mitos que tenemos interiorizados, como que la mujer se aleja del mercado laboral cuando es madre por decisión propia, para concluir que la corresponsabilidad es el único camino para la conciliación real.

Y es que mientras que los puestos de poder, los grandes directivos de las empresas son mayoritariamente hombres, y por tanto, reciben compensación económica por ello; las mujeres se sitúan al mando de los hogares, en porcentajes mucho mayores, pero a coste cero. Y como ya nos hemos convertido en gerentes o presidentas de nuestro hogar, es más difícil tener este cargo doble, y por tanto, desempeñarlo en el mundo laboral. Es decir, nosotras asumimos doble jornada de trabajo, por un único sueldo. En resumen, si eres mujer, madre y trabajadora, ¡ten cuidado!, la carga mental te acecha.

¿Cómo saber si padeces de carga mental?

Es importante detectar señales de alarma antes de que éstas sean tan graves que se transformen en enfermedades (estrés, ansiedad, etc.) con un alto coste físico y psicológico.

La primera característica es el cansancio, una sensación permanente de agotamiento, de no poder relajarse y esto desemboca en dos síntomas que te indican que estás padeciendo esta carga menta: por un lado, un (incomprensible pero real) sentimiento de culpa por no ser capaz de llegar a todo ni de hacer las cosas bien; y por otro, el no dedicarse o no priorizarse a sí misma en algún momento, poniendo cualquier otra actividad o necesidad de los otros por delante.

Vale, sufro de carga mental ¿Cómo puedo combatirla?

  • Llegadas a este punto, el primer paso sería, como ya decíamos en este post, dedicarse tiempo a una misma: Be egoísta, my friend!, porque es la única manera de cuidar bien.
  • Involucra a la otra parte antes de considerarle el enemigo: cuéntale cómo te sientes, buscad juntos fórmulas para equilibrar la situación, repartir de manera proporcionada estas cargas. En casa, desde este mes, tenemos un calendario donde vamos anotando todas las cosas pendientes, las saco de mi cabeza y las pongo sobre papel a la vista de los dos (lo que sale de la cabeza, libera espacio y por tanto, pesa menos). Así será mucho más fácil tenerlas presentes, y poco a poco, que se cree una nueva rutina donde este tipo de responsabilidades sean compartidas.
  • Y como no es el enemigo, buscad momentos para compartir. Además del tiempo de calidad para una misma, es importante compartir momentos de ocio sin responsabilidades: una cena, un paseo, una siesta, y si se alinean los planetas, hasta una escapada o viaje fuera del entorno habitual. Sois los mejores socios, y eso se tiene que notar.

Comunicación, respeto y la firme convicción de que habéis creado juntos la mejor empresa del mundo, una familia, debe ser siempre la visión principal, para la que los objetivos y tareas son comunes, y los beneficios que vais a obtener superarán con creces todas las dificultades y momentos complicados.

Así que, ¿qué os parece que esta semana de vuelta al cole sea la que empecemos a trabajar por esta corresponsabilidad con los mejores socios del mundo? No lo dudéis, ahí es donde empieza el cambio real. Os leo en comentarios.

 

2 comentarios

  1. También mucha culpa es nuestra pq pensamos q tan bien como nosotras nadie va a hacer las cosas.. pero y q? Y si esto es así q? Respecto a los hijos, no será muy enriquecedor para ellos ver maneras de educar y de vivir diferentes aunq sea dentro de su propia familia? A mi me está costando asumirlo, pero con mellizas la necesidad aprieta, así q animo a delegar y confiar, desconectar y confiar.. confiar confiar confiar..

    1. Sin duda, yo hace tiempo que decidí confiar y no juzgar ni condicionar la ayuda que tengo…Mejor hecho que perfecto. Sobre todo, porque no podemos estar seguras que nuestra fórmula es la mágica. Ánimo y a seguir confiando. ☺️

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